Te regalo las estrellas
y si llega a ser una noche gris en la que no parezca haber un solo astro; toma las luces que iluminen tu alrededor, pues con entrecerrar los ojos estas imitarán aquellas bellas linternas naturales.
Te regalo las nubes
Y si tu día parece ser muy despejado, toma las nubes de humo caliente que han acariciado mis pulmones en mis noches más grávidas.
Te regalo el sol
Y si el día está nublado, recuerda que esas nubes también te pertenecen y mis ojos estarán siempre posados sobre los tuyos, imitando el brillo amarillezco de aquella bella estrella.
Te regalo el verde de la naturaleza
Y cuando llegue el otoño, seré yo quien pinte una por una las hojas de cada rincón para ti.
Te regalo la Luna
Y si desde dónde estás esta se encuentra bloqueada y no puedes verla, ten por seguro que soplaré para acercarla a ti.
Te regalo el canto de las aves
Y si los ruidos de la ciudad te dificultan el poder escucharlas, yo cantaré para ti.
Te regalo mi corazón
Y si éste dejase de latir, cada partícula de este formarán parte de todo aquello que ya es tuyo.