Te regalo

Te regalo las estrellas

y si llega a ser una noche gris en la que no parezca haber un solo astro; toma las luces que iluminen tu alrededor, pues con entrecerrar los ojos estas imitarán aquellas bellas linternas naturales.

Te regalo las nubes

Y si tu día parece ser muy despejado, toma las nubes de humo caliente que han acariciado mis pulmones en mis noches más grávidas.

Te regalo el sol

Y si el día está nublado, recuerda que esas nubes también te pertenecen y mis ojos estarán siempre posados sobre los tuyos, imitando el brillo amarillezco de aquella bella estrella.

Te regalo el verde de la naturaleza

Y cuando llegue el otoño, seré yo quien pinte una por una las hojas de cada rincón para ti.

Te regalo la Luna

Y si desde dónde estás esta se encuentra bloqueada y no puedes verla, ten por seguro que soplaré para acercarla a ti.

Te regalo el canto de las aves

Y si los ruidos de la ciudad te dificultan el poder escucharlas, yo cantaré para ti.

Te regalo mi corazón

Y si éste dejase de latir, cada partícula de este formarán parte de todo aquello que ya es tuyo.

Bahúl de los recuerdos

Un año ya… Cómo pasa el tiempo; cómo pasa arrastrando todo consigo, dejando tan sólo un melifluo sabor de boca, un perpetuo recuerdo.

En mi percepción del tiempo, fue tan sólo ayer cuando charlaba contigo sobre la relatividad del universo y la grandiosa e inefable magnitud de la mente humana. Tan sólo ayer, mismo lugar, misma luna.

Es un poco extremo sentir como todos aquellos momentos, que alguna vez fueron vivencias agudas tomadas como el presente; hoy son tan sólo vagos recuerdos de sensaciones y sentimientos; cada vez más vagos, más distantes, menos pormenorizados. Como si en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo hubiese decidido concluir con un año entero; dejando atrás, como nuestro actual pasado, todo lo considerado existente y real en ese entonces.

Pero…¿Qué hay de esas palabras tan tajantes que dije aquél día? ¿Qué hay de esos sentimientos tan potentes que quemaban mi ser abrasando mi alma y dejándome en cenizas en esa esa distintiva noche de viernes?

¿Qué hay de las emociones que expresaba día a día al ocultar mis pensamientos producto de tan absurda limerencia?

Pero lo más importante: ¿Qué será de mis pensamientos e imágenes sujetas a mi hipocampo de aquél día? ¿A caso todo lo que lleguemos a llamar “presente”, terminará por ser un recuerdo destinado a ser víctima de la desmemoria?

¿Será que seremos tan desafortunados para perder estos bellos momentos en el tiempo, hasta reducirse a cajones abandonados, polvoriento y arrinconados dentro de lo más profundo de nuestra memoria?

Es sorprendente voltear y ver nuestra película correr, olvidando escenarios y repitiendo diálogos como creemos que sucedieron.
Cada vez recordando menos, cada vez más erróneos, más distorsionados, menos detallados, menos caras y menos versos.

Cómo el sonido de una voz familiar puede terminar por sonar ajena; las palabras terminar tan distorsionadas, y las imágenes… cada vez más borrosas

Cuán valioso es apreciar el presente y preservar el pasado.

Cuán relativo es el tiempo, y qué desafortunados somos al verlo absoluto e infalible…